Los caballeros del zodiaco Saga hermes.
Prólogo: una extraña sensación.
Prólogo Narrado por Tea
Ese día andaba algo nerviosa ya que mi clase iba de excursión a Grecia.
Yo ardía en deseos de ir, desde que era una niña me había enamorado de la historia de los dioses griegos, mi madre no paraba de preguntarme a qué se debía, mi profundo interés hacia ese tema yo era incapaz de contestarle, ya que ni yo misma lo sabía con certeza.
En ese momento me encontraba en un barco de camino a una pequeña isla griega, con mis compañeros de clase deseosa de llegar.
Mi cabello era mecido por el viento eso me producía unas leves molestias, coloque uno de mis mechones detrás de mi oreja suspirando viendo como nos acercamos poco a poco a un pequeño embarcadero.-
< Imagen de Tea colocándose el pelo bien mientras está mirando hacia la isla.>
Cuando llegamos todos bajemos en orden del barco.
En el embarcadero una chica vestida con una túnica blanca nos dio un mapa conforme bajábamos del barco, la isla era pequeña así que no tenía mucha pérdida regresar al punto de partida.
La profesora encargada de la expedición nos explico que ella no nos guiaria que ya que era mejor explorar nosotros solos, era la mejor forma ver a tu alrededor por ti mismo.
Notar las distintas criaturas de tu entorno así como la historia que hay en él, cualquier cosa puede tener una historia interesante incluso una mísera piedra tiene mil relatos que contar.
Yo comencé a andar en el mismo momento que ella nos dijo que podíamos inspeccionar por nuestra cuenta.
Cuando recorría un poco, me paraba para observar la isla, me resultaba familiar era como si algo dentro de mí me estuviera intentando decir algo.
Seguí caminando a ciegas para encontrarme frente a frente con una estatua, delante de un santuario dedicado a la diosa Atenea, en ese preciso momento todo mi cuerpo se agitó noté una sensación de calor en lo más profundo de mi ser, no pude evitar tocar la estatua era como si la figura imponente de la diosa de la sabiduría, me llamara a gritos.
Prólogo: una extraña sensación.
Prólogo Narrado por Tea
Ese día andaba algo nerviosa ya que mi clase iba de excursión a Grecia.
Yo ardía en deseos de ir, desde que era una niña me había enamorado de la historia de los dioses griegos, mi madre no paraba de preguntarme a qué se debía, mi profundo interés hacia ese tema yo era incapaz de contestarle, ya que ni yo misma lo sabía con certeza.
En ese momento me encontraba en un barco de camino a una pequeña isla griega, con mis compañeros de clase deseosa de llegar.
Mi cabello era mecido por el viento eso me producía unas leves molestias, coloque uno de mis mechones detrás de mi oreja suspirando viendo como nos acercamos poco a poco a un pequeño embarcadero.-
< Imagen de Tea colocándose el pelo bien mientras está mirando hacia la isla.>
Cuando llegamos todos bajemos en orden del barco.
En el embarcadero una chica vestida con una túnica blanca nos dio un mapa conforme bajábamos del barco, la isla era pequeña así que no tenía mucha pérdida regresar al punto de partida.
La profesora encargada de la expedición nos explico que ella no nos guiaria que ya que era mejor explorar nosotros solos, era la mejor forma ver a tu alrededor por ti mismo.
Notar las distintas criaturas de tu entorno así como la historia que hay en él, cualquier cosa puede tener una historia interesante incluso una mísera piedra tiene mil relatos que contar.
Yo comencé a andar en el mismo momento que ella nos dijo que podíamos inspeccionar por nuestra cuenta.
Cuando recorría un poco, me paraba para observar la isla, me resultaba familiar era como si algo dentro de mí me estuviera intentando decir algo.
Seguí caminando a ciegas para encontrarme frente a frente con una estatua, delante de un santuario dedicado a la diosa Atenea, en ese preciso momento todo mi cuerpo se agitó noté una sensación de calor en lo más profundo de mi ser, no pude evitar tocar la estatua era como si la figura imponente de la diosa de la sabiduría, me llamara a gritos.
De repente note que alguien apoyado en una de las columnas del edificio, que estaba tras la figura, el hombre no tardó en acercarse a mí era una persona de cabello largo negro, por alguna razón mirarlo a los ojos me imponía respeto y algo de temor.-
<Imagen de Siryu acercándose a la chica >
Al poco rato el estaba situado enfrente mía, comenzando a hablar con una leve sonrisa en su rostro, parecía aliviado por algo yo no comprendía cuál era el motivo de esa sonrisa,y mucho menos la conversación que íbamos a entablar.-
[ Shiryu] : “La estatua de la poderosa Atenea ¿Es imponente Verdad? -
-Mire algo confusa al hombre que hablaba ante mí, dejando de tocar la estatua para contestarle de forma calmada.-
[ Tea ] : “Si…¿Quien eres? ”.
- La verdad no sabia quien era ese tío, su forma de hablarme era con demasiada confianza como si me conociera de algo, esa actitud no me gusto nada.-
[ Shiryu] : “Perdona no me presente me llamo Shiryu...Dentro de ti hay un gran poder dormido cuando despierte comprenderás muchas cosas, si me disculpas tengo que marcharme.”
-Antes de poder preguntar nada,Shiryu salió corriendo yo solamente pude ver como se alejaba mirándolo con preocupación y al mismo tiempo algo confusa, *Un poder dormido dentro de mi…* a qué se refería con eso era en lo único, que podía pensar en ese momento.-
Fin del prólogo.-
[ Shiryu] : “La estatua de la poderosa Atenea ¿Es imponente Verdad? -
-Mire algo confusa al hombre que hablaba ante mí, dejando de tocar la estatua para contestarle de forma calmada.-
[ Tea ] : “Si…¿Quien eres? ”.
- La verdad no sabia quien era ese tío, su forma de hablarme era con demasiada confianza como si me conociera de algo, esa actitud no me gusto nada.-
[ Shiryu] : “Perdona no me presente me llamo Shiryu...Dentro de ti hay un gran poder dormido cuando despierte comprenderás muchas cosas, si me disculpas tengo que marcharme.”
-Antes de poder preguntar nada,Shiryu salió corriendo yo solamente pude ver como se alejaba mirándolo con preocupación y al mismo tiempo algo confusa, *Un poder dormido dentro de mi…* a qué se refería con eso era en lo único, que podía pensar en ese momento.-
Fin del prólogo.-
Capítulo: 01 Hermes.
______________________
Parte 01: La desesperación de Hermes.-
Narrado por Hermes.
Todos los días eran iguales para mi un dios inferior a servicio de otros dioses, me había llamado el poderoso Zeus ante el.
Me encontraba haciendo reverencia ante el poderoso dios delante de su trono, comenzando a hablar con tranquilidad esperando, que me indicara qué debía hacer.-
<Imagen de hermes arrodillado enfrente de Zeus el cual estaba sentando en un trono>
[ Hermes] : Estoy a su servicio señor Zeus, ¿Que es lo que desea?-
- Zeus me miró suspirando levemente haciendo aparecer un pergamino de la nada, el cual estaba enrollado él no tardó en hablarme.-
[ Zeus ] : Lo único que debes hacer es entregar este mensaje a Ares es de vital importancia, así que conti más rápido se lo hagas saber mejor.-
- Asentí con la cabeza metiendo el pergamino en mi bolsa de mensajero no tarde en desaparecer delante de Zeus, para ir lo más rápido que pude hacia la casa de el poderoso Ares, sin saber la que me esperaba.
Nada más llegar hice lo habitual arrodillarme delante del dios, comenzando a hablarle con calma.-
<Imagen de hermes arrodillado enfrente de Ares el cual estaba sentando en un trono>
[ Hermes] : Perdonad mi visita poderoso Ares, pero le traigo una carta el escritor es Zeus.-
Ares suspiro de forma dejada y pesada sinceramente, ellos dos no se llevaban muy bien, el hombre me dio permiso para acercarme a él, yo me acerque para entregar el pergamino en sus manos, este lo abrió comenzando a leerlo con la vista, puso mala cara cuando terminó, mirándome con seriedad comenzando a hablar.-
______________________
Parte 01: La desesperación de Hermes.-
Narrado por Hermes.
Todos los días eran iguales para mi un dios inferior a servicio de otros dioses, me había llamado el poderoso Zeus ante el.
Me encontraba haciendo reverencia ante el poderoso dios delante de su trono, comenzando a hablar con tranquilidad esperando, que me indicara qué debía hacer.-
<Imagen de hermes arrodillado enfrente de Zeus el cual estaba sentando en un trono>
[ Hermes] : Estoy a su servicio señor Zeus, ¿Que es lo que desea?-
- Zeus me miró suspirando levemente haciendo aparecer un pergamino de la nada, el cual estaba enrollado él no tardó en hablarme.-
[ Zeus ] : Lo único que debes hacer es entregar este mensaje a Ares es de vital importancia, así que conti más rápido se lo hagas saber mejor.-
- Asentí con la cabeza metiendo el pergamino en mi bolsa de mensajero no tarde en desaparecer delante de Zeus, para ir lo más rápido que pude hacia la casa de el poderoso Ares, sin saber la que me esperaba.
Nada más llegar hice lo habitual arrodillarme delante del dios, comenzando a hablarle con calma.-
<Imagen de hermes arrodillado enfrente de Ares el cual estaba sentando en un trono>
[ Hermes] : Perdonad mi visita poderoso Ares, pero le traigo una carta el escritor es Zeus.-
Ares suspiro de forma dejada y pesada sinceramente, ellos dos no se llevaban muy bien, el hombre me dio permiso para acercarme a él, yo me acerque para entregar el pergamino en sus manos, este lo abrió comenzando a leerlo con la vista, puso mala cara cuando terminó, mirándome con seriedad comenzando a hablar.-
[ Ares] : Hermes… Voy a leerte la carta para que veas de que se trata, ya que te concierne a ti también, escucha con atención.
Ares la ultima vez que vi a tus hermosos caballos estaban un poco sucios, el olor era molesto así que me gustaría que le pidieras a Hermes, que los lavara así como los perfumara, ya que para un dios tener unas mascotas llenas de porquería es una deshonra así como una vergüenza. -
Yo solamente podía mirar al dios algo asustado y molesto, en teoría todo fue una broma pesada del gran Zeus, el para mis ojos era alguien al cual poco respeto le podía tener solo por su personalidad.
Ares me miro molesto levantándose de su trono, indicando con la cabeza que lo siguiera.
Le hice caso no tardamos en llegar a las caballerizas al entrar me quedé petrificado, al ver que se trataba de cincuenta caballos por alguna razón desconocida, parecía que el dios de la guerra tuviera más caballos cada vez.
El hombre chasqueó sus dedos haciendo aparecer un cubo de agua con un cepillo para caballos, comenzando a hablar.-
<Imagen de hermes detras de Ares un poco a su izquierda y Ares haciedno aparece el cubo con el cepillo.>
Ares la ultima vez que vi a tus hermosos caballos estaban un poco sucios, el olor era molesto así que me gustaría que le pidieras a Hermes, que los lavara así como los perfumara, ya que para un dios tener unas mascotas llenas de porquería es una deshonra así como una vergüenza. -
Yo solamente podía mirar al dios algo asustado y molesto, en teoría todo fue una broma pesada del gran Zeus, el para mis ojos era alguien al cual poco respeto le podía tener solo por su personalidad.
Ares me miro molesto levantándose de su trono, indicando con la cabeza que lo siguiera.
Le hice caso no tardamos en llegar a las caballerizas al entrar me quedé petrificado, al ver que se trataba de cincuenta caballos por alguna razón desconocida, parecía que el dios de la guerra tuviera más caballos cada vez.
El hombre chasqueó sus dedos haciendo aparecer un cubo de agua con un cepillo para caballos, comenzando a hablar.-
<Imagen de hermes detras de Ares un poco a su izquierda y Ares haciedno aparece el cubo con el cepillo.>
[ Ares] :Como es orden de Zeus tendrás que acatar espero que limpies bien mis caballos, si no quieres que mi ira caiga sobre ti, si me disculpas iré a sentarme de nuevo.-
-Trade todo un día en lavar los cincuenta caballos, a veces daba gracias a mi velocidad sobrehumana sin embargo esta habilidad me había dejado exhausto, al poco tiempo de recuperar el aliento, sentí la llamada de la diosa Afrodita ya casi se escondía el sol, no entendía a qué se debía su invocación, fui lo más rápido que pude ante ella la cual estaba sentada como los otros dos en su trono, nada mas verme comenzó a hablarme.-
<Imagen de hermes de pie enfrente de afrodita>
[ Afrodita ] :Te quería pedir un favor querido Hermes.-
Suspire de mala gana sin poder evitarlo, por fortuna del destino la hermosa mujer no se percató, de mi suspiro ella se levantó del trono para que me diera cuenta de que estaba algo polvoriento al parecer no se había limpiado mucho que digamos, la mujer se situó a mi lado para comenzar a hablar de nuevo.-
-Trade todo un día en lavar los cincuenta caballos, a veces daba gracias a mi velocidad sobrehumana sin embargo esta habilidad me había dejado exhausto, al poco tiempo de recuperar el aliento, sentí la llamada de la diosa Afrodita ya casi se escondía el sol, no entendía a qué se debía su invocación, fui lo más rápido que pude ante ella la cual estaba sentada como los otros dos en su trono, nada mas verme comenzó a hablarme.-
<Imagen de hermes de pie enfrente de afrodita>
[ Afrodita ] :Te quería pedir un favor querido Hermes.-
Suspire de mala gana sin poder evitarlo, por fortuna del destino la hermosa mujer no se percató, de mi suspiro ella se levantó del trono para que me diera cuenta de que estaba algo polvoriento al parecer no se había limpiado mucho que digamos, la mujer se situó a mi lado para comenzar a hablar de nuevo.-
[ Afrodita ] :¿Podrías limpiar mi trono por favor? He estado muy ocupada aparte de que limpiar no es la labor de una diosa de mi nivel ¿Cierto? es más del nivel de un dios .... Débil como tú te dejare solo mientras limpias regresaré dentro de un par de horas, si no está reluciente mi ira caerá sobre ti adiós pequeño mensajero .-
-La poderosa diosa hizo aparecer un cubo de agua como hizo Ares, pero esta vez con un trapo otra vez me esperaba un duro trabajo de limpieza, mi odio hacia los dioses era exagerado, sobretodo hacia Afrodita y Zeus los cuales no me dejaban respirar ni un segundo, aunque yo fuera un dios inferior merecía un poco de respeto.
O eso pensaba comencé a limpiar el trono con tranquilidad a los pocos minutos apareció Ares, de la nada comenzando a hablar, no entendía qué buscaba exactamente.
-La poderosa diosa hizo aparecer un cubo de agua como hizo Ares, pero esta vez con un trapo otra vez me esperaba un duro trabajo de limpieza, mi odio hacia los dioses era exagerado, sobretodo hacia Afrodita y Zeus los cuales no me dejaban respirar ni un segundo, aunque yo fuera un dios inferior merecía un poco de respeto.
O eso pensaba comencé a limpiar el trono con tranquilidad a los pocos minutos apareció Ares, de la nada comenzando a hablar, no entendía qué buscaba exactamente.
[ Ares] : No se como te puedes dejar pisotear de esta forma, eres un dios.-
Deje el trapo por unos minutos en el cubo para mirar al hombre comenzando a hablarle con tranquilidad.-
Deje el trapo por unos minutos en el cubo para mirar al hombre comenzando a hablarle con tranquilidad.-
[ Hermes] : No creo poder ser considerado un dios, soy un simple mensajero al fin al cabo ...Aparte de que la fuerza de vosotros me supera, no puedo hacer nada ante eso.-
[ Ares] :Debe ser frustrante ¿cierto? servir a otros dioses…Sin poder igualarlos en fuerza...Sabes yo también guardo algo de rencor hacia Zeus y no solo hacia el…-
No entendía la finalidad de Ares al hablar conmigo solo podía ver reflejado en su mirada el deseo de más profundo odio, eso me hacía pensar que el dios de la guerra andaba tramando algo, estaba tejiendo lentamente su plan como si de una tela de araña se tratase.-
<Imagen de Ares delante de Hermes con una tela de araña detrás del >
Fin de la primera parte del capítulo 1.-
No entendía la finalidad de Ares al hablar conmigo solo podía ver reflejado en su mirada el deseo de más profundo odio, eso me hacía pensar que el dios de la guerra andaba tramando algo, estaba tejiendo lentamente su plan como si de una tela de araña se tratase.-
<Imagen de Ares delante de Hermes con una tela de araña detrás del >
Fin de la primera parte del capítulo 1.-
Tags : Capítulos
| Tweet |
|